Promueven la salud de las membranas celulares, ya que se requiere de ácido docosahexaenoico (DHA) para mantener la función normal de las células cerebrales, y disminuyen los niveles de proteína amiloide y la formación de placas. Además, los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiinflamatorias, mediante la modulación de la producción de eicosanoides. Los eicosanoides resultantes del metabolismo de los ácidos grasos omega 3 son menos estimulantes de la respuesta inflamatoria que los resultantes de los ácidos grasos omega 6. Además, los ácidos grasos omega 3 son los precursores de las resolvinas y las protectinas, sustancias contrareguladoras de la inflamación que sirven como agonistas de los mecanismos antiinflamatorios endógenos y actúan de forma significativa en la resolución de la inflamación.
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